Brasero
Por
muchos años, fue la única forma de calefacción al interior de las casas.
Generalmente, era de hojalata o fierro. Podía ser cuadrado, rectangular o
circular y servía también para hacer hervir la tetera, calentar el pan, hacer
churrascas y hasta mantener un plato de comida caliente.
Era
necesario encender el carbón fuera de la casa, por el peligro de las
emanaciones de dióxido de carbono, ayudado por el maricón (un tarro de conserva sin tapa ni base), que con su forma
de cañón, mejoraba a la circulación del aire, lo que hacía que las
brasas se encendieran más rápidamente.
Bacinica
Un
recipiente en forma de taza, empleado para depositar necesidades fisiológicas
básicas del ser humano. Solía situarse bajo la cama o la mesa de luz, para
poder utilizarla de noche sin necesidad de ir al baño (que en el campo, estaba
fuera de la casa). Eran fabricadas de cerámica, loza, hierro y diversas
aleaciones. Hoy encontramos sólo de plástico, para ser utilizadas por
niños pequeños, que ya han dejado de
usar pañal, para los cuales, el inodoro resulta ser muy grande, incómodo y
peligroso. En Venezuela, se le llama «vaso de cama». En México y Chile se le
llama «bacinica» o «nica», además de conocerse, popularmente, como «pelela».
Vianda
Según
la RAE, vianda es “una ración de comida”, pero en nuestro país, se le llama así
al envase, fabricado antiguamente de peltre, loza o aluminio y constituido por
tres o cuatro compartimientos unidos por un sujetador, en el que se
transportaba comida fría o caliente. Hoy se puede encontrar una gran variedad
de loncheros de plástico o vidrio (tapers), e incluso, térmicos. A pesar de que
los materiales han cambiado y también la forma de los mismos, el término pasó a
generalizar los recipientes donde se transporta comida en pequeñas porciones.
Plancha a carbón
Las
primeras planchas eran de hierro macizo y se calentaban directamente sobre el
fuego del brasero. Era común que se utilizaran dos planchas, mientras que con
una se iba realizando la tarea, la otra permanecía en el fuego calentándose.
Luego
aparecieron las planchas a carbón, cajas metálicas de hierro, que se cargaban
directamente con el carbón encendido, con algunos agujeros para que pudiera
salir el humo. En la parte superior poseían un mango de madera, para prevenir
quemaduras y poder desplazarla sobre la ropa.