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Rey de Socos

lunes, 18 de febrero de 2008

PARROQUIA SAN VICENTE FERRER


La Capilla de San Vicente Ferrer existe desde el año 1688, mucho antes que se fundara la ciudad de Ovalle. Dependía de la Parroquia de Barraza y estaba situada en la Hacienda de Don Diego de Rojas. Está ubicada en la calle Libertad 260, frente a la plaza.  
  • 1824: bajo el gobierno de Monseñor José Santiago Zorrilla, Obispo de Santiago, se funda la Parroquia del Curato de Limarí (Tuquí bajo). 
  • 1831: se funda la ciudad de Ovalle y en ello tiene su influjo la antigua Capilla. 
  • 1847: 8 de octubre, un gran terremoto sacude la ciudad, convirtiendo en escombros la antigua capilla, quedando en pie sólo la puerta mayor. El 4 de noviembre, los vecinos reunidos con el Gobernador, deciden construir un nuevo Templo. 
  • 1849: 4 de noviembre, es colocada la primera piedra, que es bendecida por Monseñor José de la Sierra, primer obispo de La Serena. 
  • 1870: se finaliza la obra, habilitando la sacristía, el altar mayor, el púlpito, el coro y el campanario.
  • 1873: es inaugurada y bendecida. La torre de madera, de dos cuerpos y un cono, mide 48 Mts de altura. Su reloj es obsequio de don Rafael Errázuriz Urmeneta, en funcionamiento desde el año 1888, y que es exhibido en París, Francia, el año 1855. El Altar es de madera de pino imitación mármol de estilo barroco americano. En él se encuentran las imágenes religiosas de san Vicente Ferrer, Patrono de la Parroquia, la Virgen del Carmen, Patrona de Chile y, en la parte alta, al centro, dos ángeles escoltando a Cristo crucificado. Las campanas son fundidas en Valparaíso en 1877. 
  • 1997: 14 de octubre, el templo sufre, nuevamente, un deterioro producto de un movimiento telúrico que azota la región. Es restaurado completamente con aportes de la Fundación Enna Craig de Luksic y entregado a los Ovallinos, el 12 de mayo de 2002.

viernes, 15 de febrero de 2008

EMBALSE COGOTÍ

Fue construido en la confluencia de los ríos Pama y Cogotí en el año 1939, el muro fue construido de rocas con una pared de concreto. Cubre una superficie de 850 hectáreas y tiene una capacidad de 150 millones de metros cúbicos. Se usa principalmente para riego y abastece de agua a una gran cantidad de cultivos al sur del Valle Limarí.

EMBALSE RECOLETA

Ubicado a 18 km al noroeste de la ciudad de Ovalle.
Su construcción comienza en el año 1929 y finaliza en el año 1934, aunque el canal de distribución se termina sólo en el año 1947. 
Es el cuarto de mayor capacidad en la región detrás de La Paloma, Puclaro y Cogotí.
Es de vital importancia agrícola para sectores como Talhuén, Cerrillos de Tamaya o Quebrada Seca. De él derivan 350 km de canales que permiten el riego a 700 asociados.
Estando a su máxima capacidad alcanza los 97 millones de m3 y su espejo de agua cubre una superficie de 550 hs. 
Posee dos fuentes de abastecimiento: La Quebrada de Higuerillas y el Rio Hurtado. Su largo hacia la primera es de 5,2 km y hacia el segundo es de 3,3 km, sobre los terrenos donde, antiguamente, estuvo emplazado el pueblo de La Recoleta, por el que lleva su nombre.
Es construido con tierra expresamente seleccionada en su parte central y cubierta de piedras, tierra y un sólido enrocado. 
La base del muro posee 246 m, una altura de 60 y 10 m de ancho en su coronamiento por donde pasa la Ruta D–595. De lado a lado, tiene una longitud de 825 m.
El macizo o terraplén alcanza a 1.450.000 m3.
El vertedero es producido por el rebalse natural cuando el Embalse llega a su máxima capacidad, conduciendo el agua hasta el cauce del Rio Hurtado aguas abajo.

EMBALSE LA PALOMA


Ubicado en la comuna de Monte Patria, Región de Coquimbo, 21 km al sureste de Ovalle. 
Está emplazado en la confluencia de los Ríos Grande y Huatulame. Cota máxima de agua 411,4 msnm.
Tiene una capacidad de 750 millones de m3 y una superficie de 3.000 hectáreas.
El muro es construido, principalmente, de grava y cubierto de una pared de concreto de 910 m de largo por 80 m de alto.
En su categoría, es el segundo Embalse más grande de Sudamérica, por ende, su tamaño lo convierte en el cuerpo de agua más grande de Chile. 
Es construido por un consorcio norteamericano. La maquinaria pesada es desembarcada por sus propios medios desde barcazas en la playa de Tongoy.
Se comienza a construir en el año 1959, es terminado en 1965, puesto al servicio en 1969 y se llena en 1974.
En sus aguas se practica Windsurf y pesca deportiva de pejerreyes.
Al término de las obras, ante la imposibilidad administrativa de dejar la maquinaria en Chile, y no siendo rentable llevarlas de regreso; optan por hundirlas en el mar. 

miércoles, 6 de febrero de 2008

QUEMA DE JUDAS

Fiesta popular que se realiza en Semana Santa, específicamente el domingo de Resurrección, recordando al apóstol Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús por unas monedas. 
En nuestra zona, se ha conservado en el pintoresco pueblo de Carén; aunque también es propia de Iquique, Valparaíso, Quillota, Alto Jahuel y Alhué. 
En otros países como México, Paraguay, Venezuela y Perú, la realizan desde mediados del siglo pasado, con similares características.
La quema de Judas no tiene raíz dogmática; sólo se sustenta en palabras del Evangelio de Marcos, quien relata que, luego de entregar a Jesús, se arrepiente y pide hablar con los sacerdotes para devolverles las 30 monedas de plata obtenidas por su traición. Tras serle rechazada su petición, arroja violentamente el dinero frente al templo y corre a poner fin a sus atribulados días colgándose de un árbol.
Para recordar este hecho, se prepara un muñeco del tamaño de un hombre, relleno de material combustible, algunos cuetes y monedas. Se cuelga del cuello y es quemada en una ceremonia frente a la comunidad. 
Especial participación tienen los niños, quienes asisten atraídos por las monedas que puedan recoger.
Antes de proceder a quemar a Judas, se lee un dictamen, discurso, generalmente hecho por el fabricante del famoso muñeco judaico, en el que se describen, una a una, las faltas que hayan cometido los parroquianos en el curso del año, de las cuales se culpa al pobre Judas y se lo sentencia a morir incinerado.
La enumeración de los pecados, es algo más o menos así:

- Judas, chismoso, por haber armado cahuines contra la honra de la Rosita y nunca se te ha visto por el confesionario para siquiera impresionar con tu arrepentimiento.
- Beodo, por haber llegado borracho a la casa y haberte gastado toda la plata del suple en la cantina, donde estuviste tres días tomando; vergüenza debería darte…!
- Ladrón, te quedaste con la plata de la tesorería del club deportivo, viajaste al norte solo para ir donde las niñas malas.
- Patán, le fuiste infiel a tu mujer con la Civila.
- Mal hombre, no reconociste a ese hijo que era tuyo.
- Maldito, le hiciste un “tabacazo” a tu compadre y casi lo mataste.
- Aprovechador, te quedaste con la barreta que te había prestado el finao Julio.
- Por haberte hecho el leso y no ir a ayudar en la trilla de Ño’Benja.
- Egoísta, no le prestaste el caballo al Ladislao.
- Sicario: ¿Por qué le mataste el gallo de la pasión de Ña’Rosario?
- Manilargo, por haberle robado las tunas a Ño’Pedro.
- Por querer dártelas de buen profesor y haber usado tu cargo para enamorar a la tía de tu alumno.
- Asesino, vos fuiste quien envenenó al perro de Ño’Wenceslao.
- Abusivo, desviaste el agua para tu hijuela, dejando a todos con las melgas secas. Eso no se hace, puh gancho…!
- Por todas tus fechorías, debes morir quemado, porque eso es lo que merecen los tarambanas como vos. La sentencia está dictada. Muere. Maldito Judas.

Lo más hilarante, es que todas las personas del pueblo conocen los pecados y los pecadores, porque son “vox populi”; por lo tanto, al escucharlas, las carcajadas son generales y los aplausos cerrados. 
Al comenzar quemarse el muñeco y el fuego llegar al estómago, donde se han colocado las monedas y los petardos, éstos hacen explosión, lanzando las chauchas lejos, con los gritos de los presentes y los niños corriendo por agarrar una caliente y tiznada moneda. 
Luego, todos para la casa, pasados a humo y con el comentario de los pecados que se había llevado Judas.
Una tradición que tiene mucho de sabiduría rural.

RADIOTEATROS


Mucho antes que nos convirtiéramos en patéticos tele maníacos; nuestra entretención por las noches, era pegarnos como murciélagos a un viejo aparato de radio con tubos, generalmente de madera prolijamente barnizada, con unos tremendos botones sintonizadores blancos, para escuchar los radioteatros.
“Residencial la Pichanga”, con las divertidas intrigas del ambiente futbolístico; “Hogar dulce hogar”, con la magazinesca vida de la pensión de don Cele, y “Radiotanda”, con la genial Desideria, eran, al menos, los programas que nos permitían escuchar, porque, de “Los ofensores”, “El doctor Mortis” y “Lo que cuenta el viento”, ni hablar, ya que, luego de escucharlos, era seguro que nos hacíamos pipí en la cama o teníamos pesadillas; por lo tanto… no insista, mijito… se me va a acostar no más, el perla, mírenló…
Sin ninguna duda era una manera muy efectiva para desarrollar la imaginación, porque, cuando nos permitían escuchar los programas de ultratumba, temblábabamos con la voz pastosa del relator, la música de suspenso, el ruido de oxidadas bisagras que chirriaban cuando se abría un ataúd, el aullido de lobos hambrientos, un galope solitario y el silbido del viento en medio de la noche, todo rematado por la carcajada espeluznante del satánico protagonista, por supuesto que nos cagábamos de miedo. Nuestros padres tenían razón, luego no podíamos dormir, porque nos imaginábamos que en la cama nos estarían esperando los monstruos y esperpentos que salían de la radio.
Para llenar las tardes, estaban las radionovelas, (una de las clásicas fue “Simplemente María”), que provocaban lagrimones y siempre eran el comentario en el negocio de la esquina. No había persona en el barrio que no estuviera enterada de lo que estaba sucediendo, día a día, con la bendita novela., cuyos libretos no variaban, porque, entre los personajes siempre había: una atribulada madre soltera que sufría lo indecible con patrones explotadores, que había sido vilmente engañada por un patán, tampoco faltaba un hijo perdido, una bataclana incorregible, una ciega o inválida, que chantajeaba emocionalmente a todos los personajes aprovechándose de su condición y también la “mala”, odiada por todos y que siempre terminaba mal. 
Los ricos siempre se peleaban por la fortuna de la familia, deseando, ansiosos, la muerte de la matriarca, para saber pronto quienes serían los herederos. 
Los pobres vivían en hospitales sufriendo enfermedades incurables y otros en la cárcel pagando culpas de otros, tardando todos los capítulos en demostrar su inocencia. Jueces y Policías corruptos, monjas metiches, domésticas abnegadas, patrones vividores y romances no aceptados fueron siempre parte de estos melodramas mezclados con el refrescante ingrediente del humor; algo que no ha cambiado mucho en las telenovelas actuales, cuyos libretos continúan en un mundo bipolar, con personajes buenos y malos, ricos y pobres, y con desenlaces predecibles: los malos pierden, los buenos ganan y triunfa el amor.
“Llega radiotanda, si Señor, llega la audición, el buen humor, todo el que la escucha, si Señor, ríe a carcajadas, oh, oh, oh …”…algo más o menos así, era el gingle con que se iniciaban las transmisiones diarias del popular programa que tenía como protagonista a la Desideria, la recordada actriz Anita González, una comediante como ninguna, con la genialidad de salirse, muchas veces, del libreto de manera natural, adecuada e hilarante, con la talla justa, en el momento preciso. Eran chistes frescos, de humor blanco que encantaba a todos.
La radio nos sumía en la intimidad casera, en un mundo puertas adentro, nos hacía interactuar como familia, tal como cuando rodeábamos un bracero en los tiempos de invierno, buscando calor mirándonos las caras, oliendo el aroma a eucalipto y, de vez en cuando, a azúcar quemada, que mi abuela le tiraba a las brasas, para espantar los malos espíritus, decía.
Es oportuno recordar, homenajear y agradecer a tantos actores que nos hicieron reír, llorar, asustarnos y darnos temas de conversación por muchos años: Anita González, Sergio Silva, Eduardo de Calixto, Jorge Romero “Firulete”, Arturo Moya Grau y tantos otros, que con geniales interpretaciones de personajes que dejaron grabados en nuestra memoria: La Desideria, Don Celedonio, El Pollito, El Tereso(zaz), el Gabito Serena, el Indio Malo, la Pelá, La Ronca, el Chaguito Morning y cada uno se recordará de los otros para completar su propia lista.


Eran otros tiempos.