- Tener Twitter: Los famosos siempre están a la moda y hoy no existe nada más “cool” que ir por la vida “tuiteando”, opinando de cualquier cosa, lo que se te venga a la mente, no importa, pero escribe algo. Además necesitarás una cuenta asociada en Twitpic para subir al instante fotos comprometedoras tomadas desde tu iPhone. Políticos, jugadores de fútbol, pornstars o simples vividores, están en Twitter y tú debes estar allí con ellos.
- Ser extravagante: Las personas comunes y silvestres rara vez llegan a ser famosas. Tienes que ser raro: vestirte a lo Lady Gagá, alimentarte con placenta o adoptar un cerdo como mascota, tienes que salir de lo establecido, debes diferenciarte del pueblo llano para que todos deseen, ardientemente, ser como tú.
- Ser ambiguo: En estos tiempos, lo hetero es más de lo mismo y ya no vende. Hoy “la lleva” jugar para ambos equipos o por lo menos insinuarlo. Ojo, no estamos diciendo que te conviertas en un ser ridículamente andrógino como el cantante de “Tokio Hotel”, sino ser ambiguo en cuanto a tu sexualidad de cara al resto, de modo que todos, tanto un camionero como una dueña de casa, sueñen que tienen posibilidades contigo.
- Pelear con los paparazzis: Te encanta la fama y quieres, con locura, que te sigan a todos lados, pero a la gente común y corriente no les gustan los "attention whores" (los “todo por la fama”, para que nos entendamos) por lo que tienes que hacerte el ofendido y pelearte con ellos a puñetazos, paraguazos o escupitajos. Luego, cuando dejen de grabar o hacer fotos, los invitas a un trago y que paguen ellos, porque un famoso nunca paga. ¡Que no se te olvide!
- Conseguir una ficha policial: Los niños buenos y las santas no venden, es un hecho científico probado por un estudio de la Universidad del Cahuín, en colaboración con el Instituto de la Farándula. Tienes que ser malo o mala, y nada mejor para demostrarlo que una ficha policial con las típicas fotos de frente y perfil trasnochado y sin maquillaje, y que ese antecedente llegue, misteriosamente, a los medios. Conducir ebrio y chocar frente a una Comisaría da excelentes resultados, te hacen la ficha al tiro.
- Dar siempre tu opinión: No importa que sea sobre la ley de la silla, una huelga o el desempleo; si ves un micrófono abierto por ahí, debes dar tu opinión y cuanto más incendiaria y menos informada sea, mejor. Además, si vuelven a preguntarte sobre el tema (que lo harán), contradícete a ti mismo, así conseguirás que te vuelvan a preguntar. Eso se llama perro que se muerde la cola. No falla.
- Asistir a eventos: No te vas a hacer famoso en tu casa viendo programas estelares en pijama y tomando helado de tiramisú. Tienes que salir, vestirte de la manera más estrafalaria y colarte en cualquier alfombra roja que veas. Allí habrá cámaras, micrófonos y mucho brillo, combinación perfecta para saltar al estrellato. Si no te han invitado y te sacan borracho como Harry Potter, tanto mejor. Para los medios, serás un banquete.
- Casarse y divorciarse varias veces: Pocas cosas venden más que una boda y, entre ellas, también están un divorcio y tener amante. Así que ya sabes, a casarte y descasarte con demandas judiciales, cuantas más veces mejor, como si intentaras batir el record de Elizabeth Taylor. Eso si, no olvides que tu cónyuge tiene que ser más famoso que tú. Y si no eres de formalismos, rejuntarse y separarse también es válido y, ojo, siempre tienes que armar una trifulca mediática por la custodia de tus hijos.
- Ponerle a tus hijos nombres raros: Los vástagos de personas comunes y de famosos se diferencian en una sola cosa: el nombre. Si eres una celebridad no le puedes poner a tu hija María porque no te va a comprar la exclusiva ni “La Cuarta”. Necesitas nombres con gancho: una fruta (Apple), una ciudad (Paris, Brooklyn), un superhéroe (Kalel) o en spanglish (Stella del Carmen o Kevin José), en vulcaniano o con caracteres cirílicos. Atento, si el nombre es compuesto no puede superar una longitud de tres palabras porque, a partir de ahí, pasan a ser nombres monárquicos y eso está recontra “out” y las transfusiones de sangre azul son carísimas.
- Revelar intimidades: ¿Nada de lo anterior ha dado resultado? ¿Tu efímera fama se ha evaporado cual droga en la puerta de la casa de Amy Winehouse? Siempre tendrás a mano un recurso para hacer mucho ruido: revelar intimidades de tu relación con tu ex pareja y que eso llegue, incomprensiblemente, a los medios cahuineros. Eso si, mantén el suspenso como si se tratara de una bomba de tiempo: primero algunas fotos, luego una denuncia en un juzgado, contratar un Abogado chanta, algunas lagrimitas en programas de farándula y finalmente no dices nada o una verdad a medias.
* Versión libre de un artículo escrito por un Bloguero español, Fernando Siles: http://kalimerozone.blogspot.com/ con adaptaciones contextuales y lenguaje chilensis. Gracias Fernando.
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