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Rey de Socos

sábado, 1 de septiembre de 2012

HIPPIES (II)

El movimiento hippie también llegó a Chile, donde hacemos copias de bajo presupuesto de todo lo que sucede en el mundo desarrollado.
En este caso, no podemos hablar de un movimiento, sino, más bien de una “moda”, que plagiaba indumentaria, gráfica y música hippie gringa.
Si bien es cierto que optan por una actitud pacifista escribiendo en los muros “Yankees go home” o “Yankees fuera de Vietnam”, los pseudo-hippies chilensis no hicieron nada significativo por la sociedad, aparte de lucirse, con un manifiesto exceso de identidad postiza, en Santiago, en su tierra santa: calle Providencia, desde Avenida Los Leones hasta Pedro de Valdivia, la que convierten en una pasarela para mostrar su extravagante "new look" copiado: minifaldas, hot pants, abrigos largos hasta el suelo y cintillos multicolores. 
Obvio que se dejan crecer el pelo y la barba, usan pantalones “pata de elefante”, anillos, collares y suecos. Su templo sagrado es la heladería “Coppelia”. 
Fumar marihuana y consumir todo tipo de drogas es parte de la fantasía de sentirse gringos poto pecoso.
Fenómeno que tuvo eco en provincias, donde los lolos se saludan con los dedos en V, visten de manera estrafalaria y van, en masa, al cine, a ver, mil veces, la película “Easy Rider”, que se tradujo como “En busca de mi destino”, para disfrutar las aventuras de unos lozanos Peter Fonda, Denis Hooper y Jack Nicholson, motoqueando por los Estados Unidos y, por supuesto, copiar su indumentaria.
La pacata, militarizada y conservadora sociedad chilena reacciona con hostilidad contra estos floreados, rebeldes y chascones, mantenidos por sus padres, sin una postura ideológica definida, anti-milicos y carentes de interés por la política partidista.
También hubo un festival de la canción tipo Woodstock, en la parcela Piedra Roja, en Los Dominicos, comuna de Las Condes, los días 10,11 y 12 de Octubre de 1970, donde se reúnen todos los que van a Providencia, y algunos otros, a vivir sus tres días de música y amor chilensis.
La prensa informa, con grandes titulares, sobre el escandaloso evento, con fotografías de adolescentes semidesnudos bailando y fumando hierba. 
Se reproducen opiniones horrorizadas de parlamentarios, padres y público en general, en contra de esta manifestación tan “extraña”. 
La televisión muestra imágenes de muchachos drogados bailando al ritmo de bongós, flautas y panderetas, alrededor de un escenario artesanal, rodeado por la naturaleza.
Fueron atacados, literalmente, por la derecha y la izquierda, porque los momios los veían como comunistas, chascones y marihuaneros, y para los upelientos eran imperialistas, yankees y burgueses.
El fin de esta “onda” lo marcó el golpe militar, cuando se reprimió a cualquiera que fuera pelucón, barbón, usara poncho y tocara guitarra, quena o charango, porque eso era considerado comunista, vago o maricón, por lo que la policía y los militares convirtieron a esta gente en perseguidos sociales. Además, con toque de queda, prohibiciones de reunirse y con un milico, cargando una ametralladora, en cada esquina, era imposible que sobreviviera cualquier grupo.
Algunos se refugiaron en Horcón, una caleta ubicada a 52 km de Valparaíso, en donde repiten el esquema de vida comunitario yankee, se dedican a fabricar artesanías, venden incienso y comparten con lugareños, pescadores y artesanos. Pero no duraron mucho.
Aunque fueron, prácticamente, extinguidos, aún circulan por ahí algunos dinosaurios de la farándula, como vestigios arqueológicos, con el pelo gris, cola de caballo, ropas multicolores, llenos de collares y despidiendo olores que se podrían envasar y utilizar como gas lacrimógeno. Según dicen, los ideales continúan vigentes.
Del movimiento hippie se rescatan: la forma de vida sin jerarquías, la convivencia en comunidades, sustentándola de la manera más pacífica y natural posible, de modo que se respeten los valores primarios del ser humano y de la naturaleza en general.

Tal vez, la mejor síntesis, de esta contracultura, la escribió John Lennon:
“Imagine no possessions, I wonder if you can, No need for greed or hunger, A brotherhood of man, Imagine all the people sharing all the world”.
"Imagina que no hay posesiones, Me pregunto si puedes. Ninguna necesidad de codicia ni hambre, El hombre en una hermandad. Imagina a toda la gente compartiendo todo el mundo".

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