El
término deriva del quechua y aimara «pirqa»: pared o muro de piedra sobre
piedra.
Es
un cerco de construcción rústica y baja altura, realizado con piedras sin
labrar.
Utilizado
por el Imperio Inca, aunque es original de culturas preincaicas, como:
Amaichas, Colalaos, Tombones y Quilmes.
Se
utiliza como muro de contención: para la construcción de caminos y senderos, de
terraplenes o canchones (espacio cerrado por muros de adobe) para el cultivo, en
la división de parcelas, corrales para animales, depósitos para la contención
de semillas, protección de los árboles contra los animales o como cimiento para
construcciones residenciales.
Por
un tema de estabilidad, no sobrepasa el metro y medio de altura. Para su
construcción, se utilizan piedras de diversos tamaños y formas, simplemente
apoyadas unas sobre otras.