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Rey de Socos

viernes, 1 de julio de 2016

CARRUSEL

“Calesita” en algunos países de América, “Tiovivo” en España y, universalmente, para los niños: “los caballitos”. 
Es un cilindro giratorio con techo y  base circular, con una o dos filas concéntricas de esculturas de caballos de material sólido (aunque, en los últimos tiempos, se han incorporado figuras de: aviones, botes, autos, elefantes, patitos y otros) atravesados por un tubo, que los mantiene fijos; y que, al girar la plataforma, con música “ad hoc”, produce un movimiento ascendente y descendente. Es decorado con diseños de colores alegres, espejos mágicos y, por las noches, iluminado con luces multicolores.
Resulta muy entretenido y tiene una alta preferencia entre los menores; pero, curiosamente, no fue ideado para ellos: su origen es bélico.
Es diseñado, en el siglo XII, para entrenamiento militar de jinetes árabes y turcos. En Normandía existe un grabado del siglo XIII, donde se observan soldados montados en caballos de madera, sujetos con cadenas a un cilindro que gira sobre sí mismo, practicando puntería, intentando ensartar lanzas en anillos dispuestos alrededor. Este modelo sería el antecesor del Carrusel.
La palabra carrusel significa “juego de guerras” o “pequeña batalla”. Cuando llegó a Europa, en Italia lo llamaron “carosello” y en Francia “carrousel”.
A inicios del siglo XIX, se construyen en Europa Central e Inglaterra y son armados en espacios públicos en ferias itinerantes.
A mediados del siglo XIX, son fabricados con plataforma, porque, anteriormente, hubo muchos accidentes, sobre todo de niños, que salían eyectados, porque los caballos estaban sostenidos sólo con cadenas, sin tener una base que los mantuviera fijos.
En los inicios, se hacía girar con fuerza humana, luego con mulas y, recién a fines del siglo XIX,  es impulsado por una máquina de vapor. Luego se recurre a mecanismos de engranaje haciéndolo girar con una palanca, hasta que, finalmente, se utiliza un motor eléctrico.
En algunos lugares de España, hasta hace poco, había carruseles con ponis vivos; los que desaparecieron, luego que organizaciones protectoras de animales, denunciaran el mal trato al que eran sometidos los potros. El tema fue solucionado, reemplazándolos por animales de peluche.
Por razones que son objeto de controversias y especulaciones de todo tipo, en USA y en algunos países europeos, como el Reino Unido y Holanda, el carrusel gira en sentido contrario a las manecillas del reloj.