Es mi versión de la reforma de la salud. Cómete esas verduras.
- ¿Adónde crees que vas?
- Algo habrás hecho.
- Algún día me lo vas a agradecer.
- Algunos niños pobres se pelearían por ese plato de comida.
- Apaga esa maquinita o te la apago yo.
- ¿Así vas a salir?
- Bájale el volumen a esa radio.
- Cámbiate esa ropa.
- Cría cuervos para que te coman los ojos.
- Cuando esté vieja voy a terminar en un asilo.
- Cuando tengas hijos lo vas a entender.
- Cuantos niños se mueren de hambre y tú sin querer comer.
- Deberías estar agradecido.
- Deja ese teléfono.
- Dile a tu Papá.
- ¿Dónde estabas?
- En esta casa yo sólo soy la empleada doméstica.
- En esta casa, yo soy la última en enterarme de las cosas.
- Eres igualito a tu padre.
- ¿Eso te enseñan en la Escuela?
- Esos amiguitos no me gustan nada.
- Esto me duele más a mí.
- Esto no es una pensión para que llegues a la hora que quieras.
- Guarda esas lágrimas para cuando yo me muera.
- Lávate las manos.
- Lo hago por tu bien.
- Menos mal que te acordaste que tienes madre.
- Mientras vivas en esta casa, vas a hacer lo que yo diga.
- ¡Ni se te ocurra!
- No me cambies el tema.
- No me contestes.
- No me faltes el respeto.
- ¿No saben lo caro que está el gas? Ustedes no se bañan, se riegan.
- No te demores y tráeme el vuelto.
- No te levantas de la mesa hasta que te comas todo.
- Ponte un suéter.
- Ponte una camisa para sentarte en la mesa.
- Porque soy tu madre.
- Pórtate bien.
- Pregúntale a tu Papá.
- Qué dirá la gente.
- ¿Qué te cuesta avisar?
- ¿Quién crees que lava la ropa?
- Si no estudias, vas a ser un don nadie.
- Te lo dije.
- Toma agua en un vaso.
- ¿Tú crees que yo cago plata?
- Tu pieza parece un chiquero.
- Vas a ir, aunque tenga que llevarte a la rastra.
- ¿Voy a tener que ir yo?
- ¿Y si todos se tiran de un puente, tú también?
- Ya vas a ver cuando llegue tu Papá.
