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Rey de Socos

martes, 1 de enero de 2019

DAVID PERRY BARNES

David Enrique Perry Barnes, Abogado, Poeta, Secretario de Prensa del Departamento de Turismo de la Dirección de Informaciones y Cultura, Redactor de los diarios “Las Últimas Noticias”, “El Mercurio”; de las revistas “En Viaje” y “Atenea” de la Universidad de Concepción. Miembro de varias instituciones culturales: Sociedad Amigos del Árbol, Sindicato de escritores, Círculo de Amigos de la Cultura Árabe, Ateneo de Santiago, Alianza de Intelectuales, Sociedad de Escritores, Asociación Chilena de Escritores, Unión de Escritores Americanos, Centro Chileno-Nicaragüense de Cultura y Sociedad Bolivariana, entre otros.
Es quien “bautiza” a la provincia de Coquimbo como “Norte verde”, conocida, anteriormente, como “Norte chico”.
Nace en Ovalle el 14 de abril de 1896. Hijo de David Perry Lanas y Enriqueta Barnes Dey. Hermano de TadeoEnrique, Elena y Lila Perry Barnes  
  • 1914: inicia estudios en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, en Santiago.
  • 1915: publica el libro “Témpanos errantes”. Entre otras publicaciones, figuran: “Tiempo inmóvil”, “Tejedor de luz”, “La piedad de las estrellas” y “Canto del norte verde” y “Selva lírica”.
  • 1920: recibe el título de Abogado.
  • 1926: contrae matrimonio con la maestra y escritora ovallina, Cleophas Torres Ormeño. Son padres de una hija: María Enriqueta Perry Torres.
  • 1969: fallece, en Santiago, a los 73 años de edad.
En La Serena, es homenajeado con un busto en la Avenida de los Poetas.

“PLEGARIA”

Autor: David Perry Barnes

Gracias, Señor, por entregarme un alma
Temblorosa de místicos presagios,
Que a la muerte se acerca en dulce calma
Y que rompe a cantar en los naufragios.
Porque me enviaste a recoger espinas
Y al levantarlas me clavé en el pecho.
Por las rosas que cantan en las ruinas
Y las tormentas que me forman techo
Por quitarme la piedra del orgullo,
De la tosca arrogancia y el donaire,
Por diluirme en silencioso arrullo
Transparente y liviano como el aire.
Por los clavos y espinas del martirio
Y el lento horror de la jornada aciaga,
Porque en mi ciénaga florece el lirio
y canta el ruiseñor sobre la llaga.
Por la injusticia y la cruz
Y por la fría ruta de peñascales que me cansa
Y que a tu reino de piedad me guía
Con la invisible luz de la esperanza.

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