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Rey de Socos

miércoles, 30 de abril de 2014

CAFÉ





El cafeto es un arbusto de hojas lustrosas y alargadas, con flores parecidas a las del jazmín. Seis meses después del florecimiento, aparecen racimos de color verde intenso,  que, en el proceso de maduración, se tornan rojos. Su origen se sitúa en el noreste de África, en Etiopía. Al parecer, desde época muy antigua el hombre masticaba café por los efectos estimulantes que generan una sensación de bienestar. Tres leyendas explican el origen de su uso como bebida: 
  • Un joven y apuesto curandero llamado Alí, trabajaba en el mercado de Gondar, en el África Oriental. Un día, la princesa Jazmín, hermosa hija del Rey, pasó por el mercado, las miradas se cruzaron; Alí y la princesa quedaron enseguida enamorados. Por supuesto que el Rey no aprobó esa relación. Ordenó apresar al joven y lo desterró. El pobre Alí comprendió que sólo con un regalo excepcional tendría alguna oportunidad de conquistar a su amada Jazmín.  Durante tres años buscó qué ofrecer al monarca. Para no quedarse dormido, comenzó a tomar una infusión que había descubierto, casualmente, cuando unas bayas de un arbusto cercano cayeron en un jarro donde hervía agua. Alí estaba a punto de desfallecer, cuando una noche comprendió que ese era el regalo que buscaba. Alí llevó su bebida al sultán, y este quedó tan complacido que, en recompensa, le otorgó al muchacho la mano de Jazmín.
  • Otra tradición dice que un pastor de cabras abisinio llamado Kaldi descubrió las cualidades del café, cuando vio que los animales que cuidaba se llenaban de energía al comer los granos de un arbusto silvestre. Kaldi saboreó los frutos del arbusto y experimentó efectos de euforia. Llevó algunas bayas al convento de Kaffa y las presentó a un monje. El religioso inició con Kaldi una serie de experimentos, entre los cuales estuvo la preparación de una infusión, que en un principio resultó bastante horrible. Un afortunado accidente puso algunos granos en el fuego: un aroma delicioso los hizo comprender que la bebida mejoraría enormemente si los granos se tostaban antes de preparar la infusión.
  • Una tercera leyenda viene de Arabia y le concede al café un origen divino. Un día en que Alá vio a su profeta Mahoma atribulado por los muchos problemas que afrontaba, le envió al arcángel Gabriel con un regalo que lo animara y le diera consuelo: una bebida “negra como la piedra negra de la Kaaba”.

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