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Rey de Socos

lunes, 1 de diciembre de 2014

HATERS (I)



No es que en nuestra era “a.i.” (Antes de internet) no hayan existido. Siempre estuvieron ahí, en sus atormentadas trincheras, estratégicamente camuflados. Las redes sociales les permitieron emerger y lo hicieron con mayúsculas, horrorosas faltas de ortografía y se convirtieron en una epidemia cibernética.
Petulantes profetas del odio implacable, a quienes el éxito, lo positivo o alegría del prójimo les genera bilis comatosa y, con o sin motivos, desatan su cosmos de blasfemias sin sentido.
Son los anti sistémicos encapuchados del espacio virtual. Los gringos los apodaron HATERS (odiadores). En psicología se les denomina cínicos hostiles.
Nunca sabremos quienes son, porque se ocultan, como vulgares gallinas, en cuentas falsas con nicks insultantes: ValeskaYampa, SoyBacánYqué o ErisunWeonPenca, aunque la mayoría utiliza el cobarde ANONIMO, para intervenir, donde sea, con sus habituales críticas lacerantes.
El claro objetivo de estos arrogantes, tiranos y perturbados personajes, es inundar internet de cicuta. Para ellos, lo único merecen quienes escriben blogs, suben videos, opinan en noticias y dialogan en foros, es un dinamitazo.
Cual pigmeos selváticos, dirigen sus sarcásticos dardos envenenados hacia un cantante, actor o grupo musical, otros se concentran en páginas o notas del ámbito futbolístico, político, algunos en el patriotismo exacerbado, series de TV, dibujos animados, y hasta se pueden ir en contra de la Madre Teresa, del Viejo pascuero o de la Caperucita roja, da lo mismo, hay hater para todo.
No importa lo que escribas, grabes u opines, ellos estarán siempre ahí, como un cocodrilo hambriento, sumergido en un pantano, esperando que aparezca su presa, para darte un tarascón con sus resentidos argumentos e improperios.
Estudian, escudriñan y desmenuzan todo, para decirte dónde te equivocaste, te iluminan con su sabiduría infalible de título honoris causa de la Wikipedia University, te aclaran dudas, te dan consejos, te ponen la manito hacia abajo y por último, te dejan un regalito de lo mejor que saben hacer: insultARTE.
¿Cómo combatirlos? : Sencillamente, ignorándolos. Si alguien no da la cara, no vale la pena molestarse en responderle. En un altercado, el silencio es el recurso más cruel y efectivo para neutralizar a un adversario y no hay nada más frustrante para un hater que su toxina no tenga feed-back.
A todos los haters dispersos por la red, les propondría una odiosidad de utilidad pública: que todo ese negativismo acumulado lo orienten hacia una finalidad positiva y tangible, que dirijan sus saetas emponzoñadas hacia personas que generan situaciones que todos odiamos: guerras, discriminación, bombazos, contaminación, politiquería, corrupción, nepotismo, farándula, consumismo, borrachos manejando, maltrato animal, en fin…hay bastante para odiar, y si nos unimos en una cofradía odiadora, manifestando nuestro malestar a sujetos, empresas, gobiernos o instituciones pertinentes, podríamos revertir muchísimas lamentables realidades en nuestra sociedad.
Si, ya sé, al redactar este artículo me he convertido en uno de ellos. Me declaro hater de los haters.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué agradable sorpresa he tenido al leer este interesante y agudo texto. Hay profundas observaciones. Felicitaciones. Un saludo cordial desde Coliumo, Tomé.

DIAGUITA dijo...

Hola José: Gracias por tus palabras. Sobre todo por leerme y estar de acuerdo conmigo en lo que escribo. Un abrazo de Diaguita. Memo