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Rey de Socos

jueves, 7 de junio de 2007

MUCHA TELE


Si hubo un terremoto más grande que el del año ‘97, éste fue en los ‘70s cuando nos llegó la televisión desde la planta repetidora del cerro el reloj.
Los que tenían aparatos eran pocos y la mayoría compró los famosos “Bolocco” un televisor chico en blanco y negro, que permitió ver los programas en la propia casa y no en la del vecino.
El fenómeno fue tal que, a mi Mamá nadie la sacaba del “Buenas tardes Mirella” con la Sra. Latorre, que posteriormente fue reemplazada por María Teresa Serrano, “La Coneja”, y luego, de la “Muchacha italiana viene a casarse” con la historia del controvertido romance de Valeria Donati con Giovanni Francesco, los tortolitos que no se casaban re-nunca.
Los televisores estaban encendidos desde la carta de ajuste, con la pantalla plena de rayitas verticales de gamas de grises totalmente fijas; luego, como a las 13:00 horas, aparecía el profesor Inostroza con sus breves relatos de la historia de Chile y se daba comienzo a las transmisiones.
Sólo podíamos ver el canal 10, que era TVN, no teníamos otra posibilidad; pero la programación era bastante variada y teníamos para todos los gustos.
A media tarde, se iniciaba una serie de programas de dibujos animados, que tenían a los más chicos pegados, por horas, a la caja que habla. Recuerdo las aventuras de Hukleberry hound de Hanna y Barbera, un perro azul que hablaba con un acento muy especial…hola amiguitos…que bonito, que bonito…para luego continuar con el Oso Yogui y su amigo Boo-Boo.
Cómo olvidar las travesuras del Pájaro loco, Tiro loco McGraw, Los pica piedra; lo más interesante de esta serie, eran los inventos: la lavadora, la cortadora de césped, el tocadiscos, el cuernófono y otros artefactos muy originales.
Quien no disfrutó de las locuras de Merry Melodies, Penélope glamour, de la genial Pantera Rosa y del Inspector Clouseau…no diga si, diga Oui…Como a las cinco de la tarde, venía el “Saber, correr y cantar”, en donde competían Colegios de enseñanza media de Santiago, animado por Peggy Cordero y posteriormente por Sandra Solimano.
Luego llegaba el programa de Pin-Pon, con Jorge Guerra y el Tío Valentín al piano…cuando las estrellitas, comienzan a salir, Pin Pon se va a la cama y se acuesta a dormir…
Semanalmente hubo un buen programa cultural que se llamaba ¿Quién soy yo?, animado por Enrique Bravo Menadier, con un panel formado por: María Eugenia Oyarzún, René Espinoza, el Padre Ruiz Tagle y Marta Blanco, donde en cada edición se revelaba el nombre de un personaje incógnito.
Por supuesto que los lolos de esos años no nos perdíamos “Música libre”, para ver a la Mera bailando el “Salta, salta, salta, pequeña langosta…” o a la Isabel Castro imitando a Tormenta con su tema “Chico de mi barrio”…o al Coto, haciendo el tema “Daddy don’t you walk so fast” (no corras papito) de Wayne Newton, o “Don’t expect me to be your friend” (no esperes que sea tu amigo) de Lobo…
Los fines de semana nadie se perdía el “Tugar Tugar…” animado por Juan La Rivera…con Magaly Rivano de jurado. “Sombras tenebrosas”, “Patrulla juvenil”, “Trilogía policíaca”, los musicales italianos “Teatro dieci”, “Senza rete” y por supuesto, los programas deportivos con el Sapo Livingstone, fueron parte de nuestra cotidianeidad.
La hija del cine nos trajo muchos cambios a los ovallinos, ya no callejeábamos como antes…y nos pusimos tele maníacos…La Televisión sí que produjo un movimiento telúrico en Ovalle…y de los grandes, mijito.

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