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Rey de Socos

jueves, 7 de junio de 2007

NUESTRA GASTRONOMÍA


Cuando uno sale del terruño, lo primero que extraña, aparte de la gente amada, son tres cosas: el paisaje, el clima y las comidas. 
Con el correr del tiempo, nos vamos acostumbrando a lo nuevo, ya no extrañamos tanto la cordillera nevada, los cerros con cactus y el río Limarí; el sol que pellizca la piel, las tardes frescas y el olor a pimiento, pero, siempre, nos queda la remembranza de lo que disfrutábamos en nuestra mesa. 
Dicen que “somos lo que comemos” y, dependiendo de donde hayamos nacido, la comida se obtiene del suelo, entonces, yo agregaría “y comemos lo que nos da la naturaleza del lugar”. 
Quiero referirme a algunas particularidades de nuestro arte culinario, que si bien es cierto, son platos que pertenecen al patrimonio cultural de Chile, en nuestra zona se transforman y se convierten en algo característico. ¿Cuáles son las comidas que más extrañamos los ovallinos?:

PANTRUCAS: El plato que más nos identifica como región, ya que le hemos agregado el charqui y el queso de cabra.

HUMITAS: Tienen la particularidad del agradable aroma que le da una fresca ramita de albahaca, algunos le ponen azúcar, otros sal, pero la mayoría las disfruta así no más, abriendo las chalas y enterrándole el tenedor. Tan apreciadas como el choclo cocido, que se come calientito con mantequilla y el pastel, que lleva huevo cocido, aceitunas, pasas y una presa de pollo entremedio; servido en una vasija de greda de Salala.

POROTOS GRANADOS: (En la foto) Aparte de prepararlos con porotos verdes, tomate y granos de choclo; se cocinan también con una rica mazamorra, con mote y, obviamente, con riendas. Todos estos platos se sirven con una sabrosa mancha roja, aceitosa y aromática de “color”.

TOMATICAN: Tiene la variante del tomate en más abundancia, los granos de choclo y la cebolla. Algunos le adicionan el charqui de cabra, que le da ese toque especial.

CARBONADA: Creo que a todos no da gusto comer este plato preparado por la abuela o la mamá, porque es de un sabor exquisito.

EMPANADAS: Aparte de la típica chilena, en la zona tenemos las de loco, queso, mariscos surtidos y de ave, que pueden ser fritas o al horno.

ASADO DE CABRITO: Sobre todo de esos chivitos que llaman “guatones”, que se pueden comer hasta los huesitos.

No pueden quedar fuera de esta lista el Ajiaco, Charquicán, pollo arvejado, cazuela de vacuno y el chupe de guatitas. Hablando de las entradas, sin duda que la de mayor “rating” es la ensalada chilena, de tomate con cebolla; la de pepino y la apio-palta. 
También la sierra ahumada (aunque sabemos que es jurel), el arrollado del "Pobre flaco" de Punitaqui y las aceitunas amargas. 
Entre los postres, está un rico mote con huesillos, un racimo de uva rosada de El Palqui, nísperos de Sotaquí y melones, sandías y unas espinudas tunas de Combarbalá. 
Postres locales: una buena leche asada, sémola con arrope de Pichasca y arroz con leche; pero, lejos, el mejor: helados de canela del Olmedo.
No podemos dejar de mencionar unas ricas onces con sopaipillas, queso asado y pan candeal hecho en horno de barro; como tampoco nuestros clásicos picarones de zapallo, servidos con chancaca. 
Sin duda que nuestra cocina es variada, que la naturaleza del valle del Limarí nos regala ricas verduras, frutas y buenas cocineras, porque, si no fuera por ellas, estaríamos sonados.

Qué rico se come en Ovalle…ah?

1 comentario:

Pame Recetas dijo...

Maravilloso resumen de lo más rico de nuestras cocinas, las del Limarí sin duda son algo especial. Tengo un amigo que me trae aceite de oliva y unos quesos de cabra que no pueden estar más ricos:)